En las clases de danza africana se aprenden ritmos de la étnia mandinka y se trabajan coreografías del Noroeste de África, así como pasos libres y diferentes desplazamientos.
En cada clase se realiza un calentamiento previo para poder afrontar los cambios de velocidad de los diferentes ritmos, y también cantando canciones tradicionales junto a lo aprendido, nos acercamos más a esta cultura tan diferente e interesante.
Cuando bailamos danza africana, liberamos los bloqueos emocionales, energéticos, la ansiedad y el estrés. Es una excelente ayuda para adquirir una mayor coordinación rítmica, disociar zonas corporales, fortalecer la musculatura, tonificar el cuerpo y revitalizar las células.